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IRACEMA CRUZ BOLAÑOS

CAOS
 
 
David se acuesta con los molinos de viento
Parte la naranja de Adán en la cama de a 10 centavos
Penélope se cocina a fuego lento
La silla ladra en espera de unos zapatos verdes.
Caín pide la cuenta
Su mano en un blumer de alpargatas
Corre hasta su cuarto Abel le extiende una mariposa
Saca una cuchilla de afeitar
Rasura el borde de un mantel descontinuado.
La baraja del diablo con los ojos boca arriba
Las pieles se frotan en el burdel de los comisarios
A Cleopatra se le ocurre romper el celular
Vaya presunción los ángeles si están en el infierno.
 
 
"Yo".
 
 
Soy un animal obscuro
La medriocridad que acepto es la mia
No quiero cambiar
Cuélgueme por los senos sino me pellizcan el ano
Atraviéseme al poeta.
 
 
Soy un comején de prisa
Mi corazón tiene ojos
Puedo sentir por la azotea
No voy a cambiar
Séquense los falos Drácula no me acaricia.
 
 
Quiero que me maten
El piano me fornica
Parte de mi alma se mueve con los espíritus.
El pudo sacar la moneda de mi anzuelo
Con la otra succiono la cara de la serpiente
No puedo ser igual Déjenme vivir.
 
 
ME CASARIA CON VIOLINES
 
 
Me casaría con violines
al punto de volvernos las espaldas
me persiguen las puertas de Dios
mi traje desnudo en la camisa
sin lápices en el alma.
 
 
No quiero pedir almanaques de ausencia
me sentaré a caminar con las hormigas
Si Penélope no fuera mujer
vaya un ciego a pintar la tierra.
 
 
"Quiero vivir".
 
 
Quiero vivir
sujeta a esta realidad de metamorfosis
con mi abuelo cocinando alquitrabes
de locos maricas al borde de un orgasmo.
 
 
Quiero pinchar las tetas de la Monalisa
esperando el tren de Diego
mi vejiga arde por los dinosaurios
cocinados en cazuelas al margen de su soledad.
 
 
Quiero no ensayar
vomitando los carteles del vestido
el puerco pagó la entrada al almacén
su moneda al viento nadie tiene el mismo valor.
 
 
Quiero vivir para pagar el infierno
me rio de las monjas que corren por los andamios
si me excomulgan defecaré mis espejuelos en el Boulevar.
sáquense las nalgas el sol no duele demasiado.
 
 
CALZO LA TIERRA DE LOS DEMONIOS
 
 
Calzo la tierra de los demonios.
los vientres de las comadrejas los afortunados
vendo la esperanza tras espantapájaros
almuerzo con las muelas de un corazón marginal
no imaginen los convencionales mendigos
manos con jardínes colgantes
marineros con putas de portafolio.
 
 
Los traidores se esconden en la despensa
abren los comentarios
algún día el marinero volar al mar.
Si me estrujan qué me diendan los apocalípticos.
Que me ahorquen el cementerio no está muy podrido.
 
 
TE QUIERO LIBRE
 
 
Quiero la libertad de morir
libre de tu prisa hacia mi cuerpo
entre cuerpos y cuerdas esa libertad
te quiero hacia mis horas menos libre para morir
 
 
Mi cariño apenas libre entre esas tumbas
tu cariño para la libertad
lo desconocido libre con prisa para morir
 
 
Me asombras despacio como la felicidad
como feliz cuando apenas libre te marchas
nuestro cariño hasta desnudarse morir
como la libertad desconocido sin cuerdas
 
 
Tú amas el loco intento de vivir libre
riendo cuando el cariño muere sin intentar
tristeza tu cuerpo el mio morir en libertad
nosotros no felices Hay prisa en mi corazon.
 
 
Es tu otro mundo de voces y cuerdas
paralelas las ilusiones sin libertad
el mundo espanta el morir libre
desconocer son ilusiones paralelas
 
 
En circulos libre cada dedo en su libertad
noche mi cariño a su tumba
la prisa un espanto se vuelve si soy feliz
feliz no libre si acaso morir en busca de ilusión
 
 
Te quiero libre en tu libertad
perder amando la libertad de los cuerpos
de prisa en noches la felicidad
las noches él libre lo nuestro para morir.
 
 
AMOR DE CUADROS CAIDOS
 
 
Llegan los balcones novios
que nunca se casan
las paredes que van como mi abuela
transmutándose
vicios de quién sabe cuánto l
as mulatas
amor de ciudades cruzando al diablo
pobres prisioneros de ocasión
la carpa del circo
preñarse no basta
comejenes
no hay ciudades los murciélagos
estoy pidiéndole limosnas a nadie
Qué sirve entonces mi madre o la soledad.
 
 
Fuera la semilla es virgen
el pétalo de la gaviota le mira sus pies
la tumba en el pavimento
le nace a un dios calladamente
 
 
A ver si la noche flota
los agujeros de la esperanza
se van a pintar los abismos
 
 
Por la mansión siniestra
el amor arrincona dos naves que huyen
por la silueta gris
del mar suspendido entre las alas
 
 
Nadie excita al viento en la nostalgia
VUELVAN LOS GALOPANTES CAMINOS
HACIA EL CENTRO DE LOS AZULES
en que golpea la voz de las sombras.
 
 
HOY
 
 
Hoy amanece con las estrellas en la piel
en el teatro cantan a Neruda crucificándose
el violín se echa de rodillas al viento
una carta la leerán los cantantes mutilados
por la plaza mayor los centinelas de las pasiones
rompen con el miedo el puñal de su esperanza
 
 
Hoy es imposible que no suceda nada
la hierba se mueve perfecta como lo imperfecto
en el cuadro sobre la pared
un sonido de relámpagos se escapa del alma
los mendigos de las callejuelas
mostrarán sus rostros que la noche ha marcado
 
 
Hoy Neruda se nos escapa del teatro
el violín lo alcanza en el viento
lo trae hacia mis ojos como su guerra
las soledades las siento dormir temprano
vale la pena estar desnudos
aunque alguien se ofenda demasiado.
 
 
DESPUES
 
("EN LA MEMORIA DE LOS CADAVERES SE PUEDE AMAR A PICASSO")
 
A DULCE MARIA LOYNAZ
 
Después de las lágrimas que debieron brotar
tengo el instinto más sosegado
puedo manipular cuartillas
conmigo de fachada
por ti sin haberte conocido
 
 
Después que se abren las puertas a los dioses
el espacio limitado de uno mismo
surge esta mujer que ya no existe
para contar su propia vestimenta
con anillos de espada los espejuelos
 
 
Angel de madera triste
contemplo poseída tu belleza a trasluz
los centavos saltan de los anaqueles
para sentir la voz que vuela entre tus alas
los angeles son otros
me sentaré a pisar el almanaque
 
 
Después
Alejandría te espero con bigotes
amasando las nueces de Tutankamón
Cómo no jugaste más lejos de la parca
Los Diablos buscan El Azul
Te equivocaste María
No solamente tú ya no podrás escribir poemas de amor.
 
 
PRODIGIO
 
 
­ Mira lo qué nos han hecho!, te lo dije muchas veces: Pedro, - trae un perro a la casa; Pedro, mira que hay muchas cosas que nos pueden robar; además puede ayudar en la caza. Tu siempre has dicho que un buen perro vale más que la caja de seguridad de un banco.
­ ¡Déjame tranquilo!, ya no podemos hacer nada. Nos robaron. esta bien voy a traer un perro a la casa, se lo diré a Manuel, él tiene una buena colección de ellos, creo que podrá cederme alguno.
- Trata de que sea un pastol alemán, tienen fama de ser muy bravos.
- Mujer, cuando uno no tiene nada y depende de otros para que le resuelvan el problema no puede exigir demasiado.
- Tu siempre estás en lo mismo, por eso te pasa lo que te pasa; en la vida hay que pedir y coger más de lo que ella puede ofrecerte.
- Por eso tú y yo no nos ponemos nunca de acuerdo; no sé cómo te he aguantado todos estos años.
- ¿No sabes por qué?... Recuerda que yo soy tu conciencia.
 
 
- ¿Cómo te vá?, me has caído que ni pintado.- ¿Estaban hablando mal o bien de mi?- ¿Que tú crees?- De parte tuya quizás, pero por tu mujer no opino. Ella es...- Si tú supieras, ahora te equivocaste, ella tuvo la idea.
- Y yo fuí el instrumento.
- Manuel, tú eres demasiado filosófico, y quieres complicarme, estos tiempos que corren no son para pensar mucho, sino para coger lo que venga.
-Pedro, eres tan conforme, por eso en algunos momentos simpatizo con tu mujer: ella lucha y exige su derecho de estar o no en un sitio cualquiera, sin embargo, tú te repliegas.
- Bueno, bueno, dejémos eso así y atiéndene; necesito que me traigas un perro, hace unos días me robaron y lo necesito de inmediato. En la caza también me serviría.
- Está bien. ¿Para cuándo te lo traigo?
- Cuanto antes mejor.
- La semana que viene yo vuelvo a pasar por aquí. El pueblo de ustedes se me da bastante bien en los negocios.
 
 
-¿Se lo dijiste?
- Si.
-¿Cuándo te lo trae?
- La semana que viene.
­ ¡Tanto!
-¿Qué tú te crees?, el pueblo de él no queda al doblar de el de nosotros.
- Debiste haberlo precisado más. Una semana es mucho tiempo y pueden suceder muchas cosas que a nosotros no nos convengan.
­ ¡Pues confórmate!... ­está bueno ya vieja!. De aquí a cuando llegue Manuel vas a estar torturándome. ­¡Contra, chica ten un poco de serenidad!.
­ ¡No te soporto!... Otra cosa, tienes que arreglar el techo del almacén,hay una pequeña rajadura en las tejas.
- Ya me había dado cuenta, el otro día encontré algunos sacos de arroz podridos
­ ¡Hace unos días!. ¿Te estás volviendo estúpido, Pedro?. Si cae un buen aguacero lo perderemos todo.
 
 
-¿Me lo trajiste?.
­ ¡Aqui está!, míralo.
- Pero es un cachorro, eso no es lo que yo necesito...
- Espera. Un cachorro vale más que un perro grande. ¿No has oido decir que los niños son como una esponja. En la vida ya sean hombres o animales, el ser chicos da una gran ventaja, aprenden mejor y con más deseos, como estás lejos de las necesidades de un ambiente moderno, los miedos son menos y a los perros les sucede lo mismno. Piensa sólo que un perro grande, en este momento, te estaría ladrando con rabia e intentaría morderte, sin embargo, este te olfatea con gusto y mueve el rabo con alegría.
- Me ha orinado los zapatos.
- Déjalo, es una señal... te ha aceptado con gusto.
-¿Cómo se llama?
- Prodigio.
 
 
­ ¡Pedro, este perro muele más que un central!. Pedro, ven acá, tráeme una colcha, que prodigio se orinó de nuevo.
- Oye, no puedo, estoy cosiendo los sacos, ocúpate tú de eso, hazme el favor.
­ ¡Hazme el favor!. El en la bobería y yo llevando la peor parte y no puedo protestar porque la de la idea fuí yo. ¿Pedro, ya terminaste?... Dale, ve con él, a ver si me dejas un poco tranquila.
- Ey, ¿Vienes a ayudarme?.¿Ella te mandó para acá?...­¡Bájate de ahí!, me vas a romper los cajones. ­¡Tú estás ligado!, ­¡pastor alemán!, tienes mas tipo de perro sato que de otra cosa. Te voy a empezar a llevar a las cacerías; así te vas adaptando y la dejamos un poco tranquila. ¿Qué te parece?. Cazamos codornices, patos, eh, yo les tiro y tú me los encuentras. Prodigio, tu nombre puede significar muchas cosas ... vamos a ver cuánta suerte me traerás.
 
 
- Antes, porque se orinaba y ahora porque ladra demasiado, ­este perro es un inadaptado.
-¿Estás tan vieja que ya hablas sola?.
- Viejo eres tú, que te estás volviendo idiota con ese perro. Ladra y ladra y tu riendole la gracia.
- Pero mujer, Prodigio, está vivo, mientras tú cantas por sentirte alegre, el ladra porque se siente vivo.
- Como abogado hubieras sido genial, ya que como marido no has tenido los mismos resultados.- Chica, no protestes más... yo creo que la única vez que no lo hiciste fue el día que le dijiste sí al cura al pie del altar cuando nos casamos. Porque después de ahí, de cada diez palabras que dices nueve y media son de reproches.
-¿Y que tú quieres con esta vida que llevamos?, ella no nos presta ni nos regala nada. Y para colmo, Prodigio.
-¿No te has dado cuenta de una cosa?...nosotros no tenemos hijos. Prodigio sería el hijo que no tuvimos.
­ ¡Un perro mi hijo!, es verdad que tú siempre has estado en las nubes.
-¿Mujer, tú nunca has tenido imaginación?,¿nunca has transformado un objeto y le has dado la vida que hubieras querido tener para tí?.
- Alguna vez lo hice y me desperté con más deseos de ahorcarme que de vivir, al ver que no podía comprar nada en la bodega.
- Debimos haber tenido hijos. Así no nos hubieramos amargado tanto.- No me hagas reir, más que tu mujer, he tenido que hacer todo este tiempo el papel de tu madre, nunca terminaste de crecer, además, también quedó Prodigio, que ha pedido tanto o más en estos años, como un hijo.
 
 
­ ¡Mira lo que cazamos!, Prodigio, hoy estuvo muy bien, estaba muy atento a todos los movimientos de las perdices, hasta hubo una que se le escondió detrás de los árboles y la encontró.
- Ya la comida está servida, lávate las manos y apúrate que quiero salir temprano de la cocina.-¿Y la comida de Prodigio, donde se la pusiste?.- En el patio, por supuesto, últimamente está muy majadero y ha cogido por botarme las cosas al piso. No sé que le está pasando, pero ya no rinde lo mismo.
- Bah, yo lo veo igual.
- Pedro, ya son quince años, cómo tu vas a pensar que un perro te siga rindiendo lo mismo durante toda su vida. Ellos son como nosotros, tienen un límite para su vida útil.- Siempre contabilizando, igual que con los sacos de arroz. -Para la cosecha que viene tenemos que a hacer cien más-. Todo no se puede mirar de la misma manera.
- Ya, Prodigio, no es igual, se cansa más, vomita a menudo la comida que le damos.
-¿Y que tú quieres que yo haga?, ¿que lo bote?.
- No sé, pero piensa algo y pronto, porque me estoy cansando de esta situación.
- Tú siempre has estado cansada.
­ Déjalo ya!, no ves que está muy viejo, ya para nada nos sirve.
- Lo veo muy triste, cuando lo voy a acariciar me rehuye, es como si presintiera que ya no es el mismo.
- Claro que no lo es y para nosotros mucho menos.
-¿Qué quieres decir?.
- Que mira a ver si te vas buscando otros perro, una mariposa, un camello o algo mejor que esos despojos que tienes en el otro cuarto.No estoy dispuesta a trabajar de más, con todos los inventos que tengo que hacer para sobrevivir.
- Lo amarré en lo último del patio, así no te molestar más.
- Oye no te quiero ver dándole comida de más, recuerda que la cuota es restringida.- No puedo dejarle morir.­ ¡Y, qué!, nadie te va a acusar por ello. Si se muere, mejor, una incomodidad menos.- Sabes que a veces me pregunto y me pongo en el lugar de Prodigio, sino me harías lo mismo llegado el día en que me sintiera enfermo.
-¿Quieres probarlo?, o mejor apuestalo a cara o cruz.
 
 
- Buenas por aquí.
­ Eh, Manuel, cuánto tiempo!.
- Bastante. ¿A ustedes, cómo les ha ido?.
- Igual que a los otros, a veces más a veces menos. Ya nada es como era.
-¿Te molesta?.
- Mas bien me asfixio un poco, no estaba preparado para todo esto.
- Bueno, Pedro, tú nunca estuviste preparado para muchas cosas.-¿También tú, Manuel?.
- No siempre en la vida hay una sola conciencia para nosotros.
- Bueno, cambiando de tema, ¿que te ha traído por aquí?.
- Mirar... ¿y Prodigio?.
- Ahí, en el patio tirado. Est muy viejo ya y no me sirve para la caza.
- Supongo que lo estés cuidando bien.
- Ay, Manuel, yo no tengo tiempo para eso, con el arroz, mi mujer y los problemas de cada día. ¿No crees que Prodigio me sobra?.
- Pero antes... antes no te sobraba.
- Antes me servía, he ahí la diferencia, los valores ha cambiado.
- Y hay que echarlo a un lado.
- Yo quise mantenerlo un poco más en el servicio; pero mi mujer no lo ve así y yo prefiero antes de oirla protestando todo el día, hacer lo que ella me dice y me quedo más tranquilo.
- Más tranquilo con tu comodidad... bueno, ese es tu equilibrio, sacarte de él, es matarte.
- Nunca he sido un hombre problemático... Prodigio está viejo, un poco más que yo, quizás sea esta la antesala de mi destino.
- Con mi mujer no se sabe a ciencia cierta lo que está pensando, ni como va a reaccionar; así que yo prefiero no disgustarla...
- Y así te ganas algunos puntos en su lista de valores.­ ¡Que voy a hacer!... unos son muy buenos y otros...- Se quedan en el camino sin fuerzas para luchar ni por si mismos.
- Bueno, Manuel, no vamos a seguir discutiendo por un perro, un perro viejo que pronto puede morir.
­ ¡Qué simple eres!
- Me hace falta otro perro, yo sé que has mantenido durante estos años tu colección.
- Si tú supieras, Pedro, te traía otro cachorro, lo dejé en el carretón.
- Pues tráemelo.
- No vayas tan de prisa, Pedro, nos sobra tiempo.
-¿Y a ese cómo le llamaste, Prodigio II o III?.
- No te rías tanto, estos tiempos que corren, hasta ella se valoriza.
- No me hagas pensar mucho... tráelo para acá que lo voy a acomodar enseguida.
- No.
- ¿Qué dijiste?.
­ Que me lo llevo!, es decir, a los dos, porque Prodigio también se va conmigo.
-¿Te volviste loco?, por el otro quizas lo entienda; ­pero por Prodigio!,si lo único que le falta es estirar la pata y al otro mundo.- La locura es una buena medicina para los vivos.­ Espérate, dejame explicarte!. ­Manuel!. ­Manuel!.
 
 
- Bien, Prodigio, volvemos a estar juntos, aunque en diferentes circunstancias...come, come; para cualquiera el hambre es una obsesión,la más grande de todas.Se están quedando solos de nuevo;aunque antes lo estaban de alguna manera. Viste, ya no estás tan moribundo como antes. Sigue comiendo y no me mires tanto; estoy cada día más arrugado, igual que la caja de cigarros y la cuenta de ahorros. Pedro con su mujer o ella con él, a cuestas, formando una pareja, sin buenos adjetivos. Tú sobreviviste; ¿pero,y ellos, lo harán igual?. Ella es más fuerte que él, aparentemente, aunque detrás de nosotros mismos podemos esconder una cuenta de tristezas, adeudada por toda una vida...